28 abr 2009

La aviación comercial asume el reto de reducir drásticamente la emisión de CO2


Se acabaron las excusas. Los grandes de la aviación comercial global quieren dejar atrás la indiferencia de hace unos años hacia las advertencias de los científicos sobre el calentamiento del planeta. Tampoco vale ya aducir que las vacas contaminan más. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) asumió el pasado lunes en su asamblea anual en Vancouver (Canadá) el objetivo de lograr que los aviones emitan cero gramos de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera en 2050. Un reto que muchos de los directivos de la industria ven improbable pero que marca el camino en la búsqueda de nuevos combustibles, rutas más cortas y aviones verdes.

"Avisé en 1999 y sólo recibí un tímido aplauso. Ya hemos perdido la batalla". Así de contundente y pesimista se expresó el martes pasado en la cumbre de Vancouver Leo van Wijk, vicepresidente de Air France-KLM, el mayor grupo de transporte aéreo europeo. Pero la posibilidad de reducir a cero las emisiones de dióxido de carbono no es una utopía, según el consejero delegado de IATA, Giovanni Bisignani, que sacó a colación a los pioneros de la aviación a principios del siglo XX: "En sólo 50 años pasamos del sueño de los hermanos Wright a la era de los jets".

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