Aviones más ligeros, más eficientes y que consumen menos carburante: los constructores aeronáuticos aprovecharon el Salón del Bourget para hacer gala de su sensibilidad ecológica y mostrar sus esfuerzos por reducir la contaminación del transporte aéreo.
Una de las atracciones del salón, como sigue siendo el gigante de Airbus A380, presenta en sus flancos escrito con grandes letras dos de sus características: "más verde y más limpio" ('greener and cleaner').
"Consume menos de 3 litros/100 km por pasajero" y el próximo, el A350, "hará un poco mejor", afirmó Christian Dumas, vicepresidente de Airbus y encargado del desarrollo sostenible.
Al otro lado del aeropuerto convertido en terreno de muestra, otra filial de EADS, Eurocopter, presenta una maqueta de tamaño real del 'Bluecopter', un proyecto de helicóptero con un sistema de propulsión que limita las emisiones de CO2.
"Hay una enorme presión sobre la industria aeronáutica para que actúe" para reducir las emisiones de CO2, estimó Paul Steele, director de ATAG (Air Transport Action Group), grupo del sector aéreo que actúan en favor de una aviación responsable ecológicamente.
El europeo Airbus y el estadounidense Boeing quieren reducir en un 25% el consumo de combustible de sus aviones comerciales de aquí a 2020.
"Interés ecológico, pero también económico, pues el consumo de combustible siempre ha sido uno de los primeros criterios" de las compañías aéreas y de competencia entre los fabricantes de aviones, explicó Christian Dumas.
Para reducir la emisión de CO2, se experimentan diversos tipos de biocombustibles, pero la primera solución sigue siendo la disminución del peso.
En esta carrera, los materiales plásticos de alta tecnología como la fibra de carbono son los preferidos. El Airbus A350 y el Boeing 787 son fabricados en un 50% con este tipo de materiales.
"Las compañías aéreas también multiplican los esfuerzos para reducir el peso en los aviones", explicó Steele.
Una de las atracciones del salón, como sigue siendo el gigante de Airbus A380, presenta en sus flancos escrito con grandes letras dos de sus características: "más verde y más limpio" ('greener and cleaner').
"Consume menos de 3 litros/100 km por pasajero" y el próximo, el A350, "hará un poco mejor", afirmó Christian Dumas, vicepresidente de Airbus y encargado del desarrollo sostenible.
Al otro lado del aeropuerto convertido en terreno de muestra, otra filial de EADS, Eurocopter, presenta una maqueta de tamaño real del 'Bluecopter', un proyecto de helicóptero con un sistema de propulsión que limita las emisiones de CO2.
"Hay una enorme presión sobre la industria aeronáutica para que actúe" para reducir las emisiones de CO2, estimó Paul Steele, director de ATAG (Air Transport Action Group), grupo del sector aéreo que actúan en favor de una aviación responsable ecológicamente.
El europeo Airbus y el estadounidense Boeing quieren reducir en un 25% el consumo de combustible de sus aviones comerciales de aquí a 2020.
"Interés ecológico, pero también económico, pues el consumo de combustible siempre ha sido uno de los primeros criterios" de las compañías aéreas y de competencia entre los fabricantes de aviones, explicó Christian Dumas.
Para reducir la emisión de CO2, se experimentan diversos tipos de biocombustibles, pero la primera solución sigue siendo la disminución del peso.
En esta carrera, los materiales plásticos de alta tecnología como la fibra de carbono son los preferidos. El Airbus A350 y el Boeing 787 son fabricados en un 50% con este tipo de materiales.
"Las compañías aéreas también multiplican los esfuerzos para reducir el peso en los aviones", explicó Steele.
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