Un Ejército del Aire moderno debe ser en anticipo sobre el momento. Para apreciar el evolución futura de situación estratégicos, el imaginar el sistema de arma susceptibles proporcionar el capacidad requeridas por esta evolución, contemplar el calidad técnico adaptada a esto que sabrán hacer las aviaciones de los aliados o tales adversarios, son los deberes constantes de un Estado Mayor encargado de obtener en permanencia al país la herramienta militar de una política de defensa. El Estado Mayor tiene pues siempre, en principio, un proyecto de avión de combate futuro. Pero hay evoluciones suaves y a veces rupturas. Hay saltos técnicos que es necesario cruzar si se quiere permanecer en el curso. Hay también discontinuidades en la adecuación de los costes a los presupuestos posibles. A veces el salto técnico, necesario para la eficacia, genera un aumento de precios demasiado brutal para que la opinión pública pueda adherir: se es convencido de pagar demasiado dimpôts y, en ausencia de una amenaza urgente, encuentra el ciudadano siempre siempre excesivo el precio de la Defensa.Dassault Aviación, obviamente, gracias a la experiencia adquirida en muchas aviaciones militares con Mirage III, IV y 5, respondió casi instantáneamente a este reto con Mirage 2000, desarrollando al mismo tiempo sobre sus fondos propio un birreactor Mirage 4000, totalmente capaz de entrar en la piel de un avión de combate moderno y exportable. Se paró Mirage 2000 se volvía operativo el 2 de julio de 1984. el Ejército del Aire que no podía integrar también a Mirage 4000 en su parque, la carrera de este maravilloso aparato ya que un avión de guerra so'lo se exporta si el Ejército del Aire de su país de origen lo utiliza y demuestra sus capacidades.Pero, a partir de 1983, se tenía otra idea para un avión de combate "futuro", del que era necesario en primer lugar garantizar que entraría en el boceto presupuestario francés. Para eso, convenía ampliar este boceto a un esquema europeo, tanto a nivel presupuestario como operativo e industrial. En armonía con Charles Hernu, Ministro de Defensa, el general Bernard Capillon, jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire se dedicó a hacer conseguir este principio. Necesidades operativas evidentes reclamaban, para el Ejército del Aire francés y la aeronáutica naval, a un sucesor a todo el Mirage, Jaguar, Crusader y otro Estandarte. Las aviaciones militares alemanes, británicos, italianos, españoles, etc debían ellas también encontrar sucesores al Tornado, F16 y otros aparatos ya perteneciendo a una tecnología pasada. Pero en una Europa que parece querer buscarse aún mucho tiempo, resultó imposible encontrar un acuerdo razonable sobre una definición de especificación de u'nica necesidad operativa. Él dut renunciarse a ver desarrollarse en competencia un proyecto inspirado por los británicos, al cual se recuperaron los otros Europeos, el Eurofighter, y un proyecto respondiendo a las normas definidas por el Ejército del Aire, el A.C.X. (para Avión de Combate eXpérimental).

Se conocen las graves dificultades de desarrollo del E.A.P. que prefiguran el Eurofighter, demasiado grande nueva máquina y demasiado para un grupo de industriales que tenían, del concepto elegido, una insuficiente experiencia. Se conoce también, como una demostración opuesta y paralela, el fantástico éxito técnico del A.C.X. que se ha convertido en RAFALE A, cuyo desarrollo indica, desde hace prácticamente diez años, una facilidad que sería casi inquietante si las capacidades del sistema de armas en su conjunto no estaban, a cada etapa, rigurosamente presentes a las citas fijadas. La voluntad política dut, a pesar pesarlo de todo, para super las reticencias de la Marina nacional, de acceso preocupados de sustituir lo más pronto posible al Crusader en verdad bien viejo y cuya relación no había podido planear más precoz en razón de estas otras cargas. ¡Es que un portaviones cuesta bien caro! Pero un portaviones no es una inversión útil que si lleva aviones... Y un portaviones tan moderno que lo será el "Charles-de-Gaulle" podría satisfacerse aeronaves con ayer... Es pues feliz que este buque de mañana pueda, finalmente, beneficiarse de este avión muy moderno que es el RAFALE.









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